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Raquel Bueno

A los 18 años y con su primer sueldo, Lourdes Erra se compró en París un antiguo cartel publicitario francés. Con el paso del tiempo, y tras una impresionante trayectoria de casi 20 años trabajando en algunas de las mejores agencias de publicidad de Barcelona, se dio cuenta de que sus dos pasiones, la publicidad y los objetos vintage, estaban resumidas precisamente en eso: un souvenir. Vadevintage fue el producto de ese descubrimiento, una tienda online con una cuidada selección de mobiliario y objetos vintage que hacen las delicias de los amantes del diseño. Eso sí, a precios asequibles y sin ninguna pretensión. En Vadevintage Lourdes restaura la mayoría de sus artículos, siempre intentando respetar la pátina original y apostando por piezas únicas, anónimas o de autor, de producción en serie o de edición limitada…, con un componente común: que transmitan lo vivido. F: Todas las imágenes cortesía de Vadevintage

«Dicen que nuestro hogar es un reflejo de nosotros mismos, y por lo tanto no puede ser una copia de un catálogo de una gran tienda de decoración»

¿Cómo y cuándo nace Vadevintage? ¿Quién hay detrás del proyecto? Vadevintage nace en 2011 después de trabajar durante muchos años en el mundo de la publicidad como directora creativa en agencias multinacionales. Empecé muy joven (a los 18 años) y durante todo ese tiempo la publicidad fue mi pasión y mi único mundo. Lo mejor era rodar spots en el extranjero y tuvimos la gran suerte de rodar en Sudáfrica, Argentina, Chile… Pero el día a día era duro, no había horarios, y todo era absolutamente absorbente. No había espacio para nada más. Poco a poco perdí la pasión y como es una profesión que quema mucho, empecé a valorar un cambio de vida. Hacía tiempo que estudiaba restauración de muebles (aunque soy Licenciada en Publicidad y diplomada en Diseño Gráfico) durante el poco tiempo que me quedaba libre. Acumulaba, sin tener un objetivo claro, muebles y objetos vintage que iba comprando en mercados y que luego restauraba. Y llegó el día de dar salida a toda esa acumulación de muebles…

© Vadevintage

Aunque estáis en Barcelona habéis apostado por un formato 100% digital. ¿Qué ventajas e inconvenientes supone el hecho de no disponer de una localización fija? Des del principio tuve claro que no quería estar ligada a una estructura y un horario fijo, pero en ese momento también era un riesgo vender muebles online, ya que no estábamos tan acostumbrados como ahora. Y por suerte funcionó.

En los tiempos que corren, parece que la sociedad pide a gritos un retorno a la artesanía y al reaprovechamiento del que tanto nos queda por aprender de nuestros padres y abuelos. ¿Cuál es la tendencia en el sector mobiliario, en este sentido? ¿Cómo ha evolucionado la demanda de muebles y objetos vintage restaurados desde vuestro nacimiento como marca? En plena era de la tecnología necesitamos volver a la esencia, valorar la imperfección de las cosas hechas a mano o con historia… Pienso que más que nunca somos conscientes de lo importante que es la reutilización, ser sostenibles, y que cualquier objeto puede tener una segunda vida (¡o más!). Al principio había un público al que le gustaba el vintage, pero poco a poco se ha ido ampliando a personas a quienes les gustan simplemente los muebles con historia, únicos y no fabricados en masa, y que hacen que su hogar sea más personal. Dicen que nuestro hogar es un reflejo de nosotros mismos, y por lo tanto no puede ser una copia de un catálogo de una gran tienda de decoración. Por esa misma razón, por ejemplo, hay webs que personalizan los muebles de Ikea.

© Vadevintage

Contadnos cómo funcionáis. ¿Cómo encontráis vuestras joyas y cómo es el proceso de restauración y venta? La mayoría de artículos provienen del norte de Europa, de Francia e Italia. Hay muebles sin pretensiones, también piezas únicas, anónimas o de autor, pero todas transmiten lo vivido. Restauramos la mayoría de artículos, siempre intentando respetar la pátina original. Hacemos envíos a toda España y también tenemos clientes en el extranjero. Curiosamente, más de una vez hemos enviado muebles cuyo envío cuesta más que el propio artículo. Ahora me viene en mente el caso de una chica de Los Ángeles que se enamoró de una mesilla y la quiso comprar sí o sí. Des del principio utilizamos las redes sociales para darnos a conocer. En su momento fue Facebook, hasta que llegó Instagram. Much@s cliente@s lo son desde hace años, y es una alegría ver que a lo largo del tiempo continúan confiando en Vadevintage. ¡Y lo mejor es que acaban siendo amig@s sin habernos conocido en persona!

En lo que a mobiliario vintage se refiere, pocas veces las palabras diseño y asequible van de la mano. ¿Cómo lo hacéis posible? Con honestidad y sin querer ganar grandes márgenes, por eso tampoco es posible hacer grandes descuentos…

Descubre Vadevintage y toda la magia que tiene por ofrecer, aquí y aquí.