Dicen que segundas partes nunca fueron buenas pero parece ser que se equivocaban. En ocasiones, las segundas partes igualan a su predecesora o incluso la superan y es lo que sucede con la sede que Urrechu tiene en la calle Velázquez, después de hacer saborear de gusto a sus clientes de Pozuelo.

Situado donde la calle Velázquez ya casi pierde su nombre, Urrechu Velázquez no pretende ser el hermano menor o la copia del originario a las afueras de Madrid sino que sienta cátedra e irrumpe con identidad propia en el mismo local que en su momento eclipsó NODO.

Íñigo Pérez, 6 ambientes y un guiño a las carnes de Los Norteños son la excusa para reservar, gozar y disfrutar en bucle

Un proyecto liderado por el chef Íñigo Pérez con terraza interior, 6 ambientes y una tecnología puntera en todos los sentidos que hacen de él, una de las apuestas gastronómicas más celebradas. Un lugar en el que ya sea para tener comidas de trabajo como encuentros de lo más ocioso y gastronómico, encontramos el plato que mejor case con la situación y que pese a que en su barra no sirven raciones o tapas como en el de Pozuelo, siempre está de bote en bote.

Entre sus especialidades, tartar de atún con caviar y olivas fritas, carpaccio de añojo con jamón crocanti y setas confitadas, pulpo asado con boletus y sopa de pochas, corte de foie gras con teja crujiente de pan dulce en ensalada, rollitos de cigalas con vinagreta de soja y ensalada, kokotxas de merluza del Cantábrico, txangurro a la donostiarra, cachopo de ternera blanca con crema untuosa de patata, cazuela melosa de callos con morros y morcilla asturiana, Urreburger 220 gr.con salsas y de postre, canutillos de chocolate rellenos de queso fluido y crema helada de chocolate o bombón almendrado con turrón y helado de Patxarán, entre otros. Lo dicho, puro placer culinario del norte para alcanzar el éxtasis en la sobremesa. Ni Santa Teresa.