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Bru Romero

Llevábamos años esperando a que el fundador de la cadena japonesa de retail, Tadashi Yanai, se decidiera a dar el paso y desembarcara en Madrid; y parece que, al final, nuestras plegarias han sido atendidas. Madrid era una fiesta el pasado miércoles, y es que entre los mentideros más fashionistas no se hablaba de otra cosa. Uniqlo llegaba a la capital y los miles de fanáticos de la marca que tantas veces lo habían soñado no podían dejar de frotarse las manos. F: Martín Méndez para Uniqlo

Un cuarto establecimiento de la marca en España (tras los tres que ya tiene en Barcelona) que, ubicado en Serrano, reunía a caras populares, VIPs y compradores compulsivos al son de todas sus líneas Life Wear, que tan conocida ha hecho a la firma en el sector. Prendas que iban reponiéndose en bucle y sin descanso sobre las repisas, perchas y mesas de esta tienda de más de 1.590 metros cuadrados (repartidos en dos plantas) para ir a parar a las bolsas, diseñadas por el artista Gonzalo Muiño y que, lo más seguro, sean ya objeto del deseo más coleccionista.

El primer Uniqlo en Madrid rezuma arte y básicos imprescindibles por cualquier esquina

Un Muiño que, además, firma el gran mural pintado a mano sobre baldosas que preside este Uniqlo Madrid, que ocupa este edificio del siglo XIX propiedad de Hermanos Revilla y que tan bien recoge ese interés de la firma por aunar bajo un mismo techo (o bajo la claraboya de la aquí presente) lo moderno y lo minimalista frente a lo más histórico.

Y todo ello mientras los curiosos clientes encuentran todas las colecciones de la marca nipona (incluso su ya afamada colección de camisetas gráficas UT), así como las colaboraciones con diseñadores extranjeros de nivel como J.W. Anderson; o se entretienen echando un vistazo al arte más urbano colgado mires donde mires y que gracias a la Gunter Gallery permite que la experiencia sea de lo más completa y no una simple experiencia más. Agradecidos y, en un futuro próximo, arruinados; pero felices vistiendo de Uniqlo.

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