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Ariana Díaz Celma

Volver a los orígenes a través de la sencillez del producto, aunque con un twist que convierte cada plato en auténtica vanguardia culinaria. Así podemos definir la cocina de The Greenhouse, el restaurante que abre las puertas de un invernadero a la ciudad de Barcelona, situado en el interior del Hotel Pulitzer y comandado por el ingenio de Olly Melhuish y su equipo. El chef ejecutivo cumple un año al mando de los fogones del lugar, que ahora extiende su oferta de mediodía también a los fines de semana. F: Todas las imágenes cortesía de The Greenhouse

El restaurante abre cada mediodía las puertas de un invernadero a la ciudad, situado en el interior del Hotel Pulitzer y comandado por el ingenio de Olly Melhuish y su equipo

The Greenhouse es un lugar donde quedar suspendido en el tiempo y también en el espacio. Porque, aunque ubicado en el corazón palpitante de la Ciudad Condal, su atmósfera es pausada y relajada. Su producto, en cambio, muestra muy bien su procedencia. Un bocado a cualquiera de los platos es suficiente para saber que todos los distribuidores son locales y de proximidad. Cada receta contiene referencias que nos llevan de viaje por el Mediterráneo, sin dejar de lado distintas partes de la geografía mundial.

La sensación serena de apacible aislamiento que genera el restaurante se refuerza con las emociones que despiertan las recetas del chef inglés y su equipo. La cocina se puede traducir como un compendio de platos con un ADN sano, que basan su éxito en el producto y que consiguen captar la atención del comensal por una marcada línea creativa, que invita a pensar en qué hay más allá de cada sabor. El carácter de los camareros, junto a un entorno único y una selección de recetas muy elaboradas y sabrosas, convierten The Greenhouse en una de las opciones más convincentes del centro de la ciudad si buscamos la relación calidad/precio.

La cocina se puede traducir como un compendio de platos con un ADN sano, que basan su éxito en el producto y que consiguen captar la atención del comensal por una marcada línea creativa

Aunque varía cada semana, en el menú se pueden encontrar entrantes como la stracciatella con brevas, frutos secos y olivada; la berenjena asada con tahini y cilantro; o el ceviche de dorada, ají amarillo, maíz braseado y piña. Los principales suenan como la carrillera de ternera angus con salsa Guiness; el milhojas de patata, tubérculos y queso de cabra; o la merluza gallega, salsifí, wakami y emulsión de agua de mar. Los postres saben a mousse de dulce de leche; a cremoso de chocolate, granizado de albahaca y cerezas; y a crema catalana con peras al vino, por poner algunos ejemplos. Especial mención a la tarta de queso de Marc, que se ha convertido casi casi en el postre de la casa por excelencia.

El resultado son cinco entrantes, cinco principales y cinco postres, que siempre contemplan opciones vegetarianas y opciones algo más elaboradas con un suplemento. Una forma de comer sano y sabroso que ha ganado muchos adeptos en el centro de la ciudad. El precio del menú es de 22€ de lunes a viernes, un precio que incluye entrante, principal, postre y café, además de agua y una copa de vino; y de 25€ los sábados y domingos, con entrante, principal, postre, café y agua.

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