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Bru Romero

En la repostería, como en el resto de la gastronomía en general, tan importante es el continente como el contenido. De la misma manera que un restaurante emplata su estofado de carne como si de una obra de arte se tratara, una tienda dulces debería cuidar el más mínimo detalle en cualquiera de sus pedidos. Dato que Sugar Factory no solo lleva a la práctica sino que deja nuestra dosis de azúcar semanal completamente cubierta. ¿Te hace un dulcecito?

¿Quieres sentirte como en una película de época? Desayuna o merienda en su salón de té. ¡Ya verás!

Localizada en uno de los barrios más cool de Madrid, el barrio de Justicia, Sugar Factory ocupa el espacio que en su momento dejó la célebre pastelería Niza (nada más que 150 años en el vecindario) para mantener la tradición repostera y elevarla a la máxima expresión. Una peculiar tienda que recuperando el gusto por lo románticamente recargado y un marco absolutamente vintage palaciego, nos mete de lleno en las elaboraciones artesanales que allí se mantienen.

Una tienda perfecta si lo que quieres es epatar a tu acompañante o poner los ojos en blanco de aquel a quien regales un rico pastel, tarta, macaron o similar. Productos frescos, tratados a mano y horno que nos acercan a un mundo en el que todos volvemos a ser niños y queremos probar de todo. Bollos, cupcakes, hojaldres, siropes y delicados pastelitos que hacen la boca agua hasta el menos amante de lo dulce que ya de primeras, visualmente, se da un gran festín.

Un local regentado de manera familiar que habiendo consolidado la empresa en Venezuela, no ha dudado en dar el salto a España, habiendo conseguido ya una muy fiel clientela que no solo buscan el placer del estilo shabby chic sino hincarle el diente a una pieza de artesanía dulce como ella sola. ¡Golosos, ya tenéis plan!

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