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Ariana Díaz Celma

Sergio Caballero, co-director del Sónar, se ha revelado en los últimos tiempos como un cineasta imprescindible de nuestros días. Tras su primera entrega Finisterrae (2010), que sirvió como imagen del Festival Internacional de Música Avanzada, acaba de presentar La Distancia, un film experimental fantástico que se estrenó en la sección ‘Brilliant Future’ del 43º Festival Internacional de Cine de Rotterdam. De momento, la película ya ha recorrido más de 20 festivales de países como Brasil, Reino Unido, Australia, Sudáfrica, Corea del Sur o Taiwán. La cinta se traduce como una obra muy personal de cine de autor europeo, con una imagen tan importante como el sonido que la acompaña. En Good2b le hemos entrevistado…

Tal y como sucedió en Finisterrae, en La Distancia vuelves a utilizar el ruso como lenguaje. ¿Por qué?

Estamos viviendo una época de auge de la dramaturgia. La gente insiste en que, para contar cualquier historia, debes tener un planteamiento, un nudo y un desenlace. A mí, en cambio, me interesa hacer un cine donde esto no sea lo más importante. En La Distancia, la historia es un elemento de la cinta, pero no el más importante, sino que se suma a otros como el sonido o los trabajos de imagen. Es por ello que me gusta trabajar con idiomas lejanos. El catalán o el castellano están demasiado cerca, en cambio el ruso te transporta a un mundo donde pasan cosas y convierten La Distancia en un lugar donde viven ciertos personajes y pasan ciertas cosas.

Trabajo con idiomas lejanos porque me gusta su sonoridad y lo que aportan a la película

Eres el co-director del Sónar, por lo que tu formación musical es un hecho palpable. Parece que utilizas el ruso porque, por su sonoridad, es como música para ti…

Hace años empecé a hacer música con Pedro Alcalde. Juntos hicimos la banda sonora de una pieza de Chejov para la Compañía Nacional de Danza de Nacho Duato. La composición la hicimos a través de la voz, teníamos a alguien narrando y la música la hacíamos a partir de eso. Ahí creo que empecé a enamorarme de la sonoridad de la voz y vi lo rico que era el idioma.

El actor principal de la película es la central térmica, que se expresa a través de un grave de 100 HZ

De hecho los sonidos son como personajes…

En La Distancia hay distintos sonidos que son parte de la película. Por ejemplo, en casa del guardia hay una gota, recurrente a lo largo de la cinta. Y el actor principal de la película es la central térmica, que se expresa a través de un grave de 100 HZ. También aparece una cigarra en distintos momentos, que a nivel práctico no podría estar por el frío, pero que sirve para hacer cambios en la película.

¿Qué es La Distancia?

Es un mundo posible, un lugar que sigue existiendo una vez ha terminado la película y que tiene distintas capas: una plástica, otra sonora y otra esotérica, más cercana a la ciencia ficción.

¿Qué diferencias hay en el proceso de Finisterrae y La Distancia? La primera fue imagen del Sónar 2010 y los enanos y la central térmica de la segunda la del Sónar 2012…

Decidimos filmar Finisterrae con la idea de hacer una película, pero también la imagen del Sónar, que queríamos que dejara de ser en dos dimensiones para que fuera un vídeo animado por primera vez en la historia. Buscábamos que tuviera vida propia. En cambio, la historia de La Distancia fue distinta. El hecho de que fuera la imagen del Sónar 2012 sirvió para buscar financiación para la posterior película.

Para hacer cine lo importante es encontrar un buen camello y pasarlo bien

Eres conocido por ser una persona antiacadémica. ¿Qué les dirías a todos aquellos que quieren estudiar cine en una escuela y piden a sus padres el dineral para las matrículas?

Si te interesa hacer algo, hazlo. Busca experiencia y trabaja. Si hay algún campo que no dominas, contrata a alguien que lo haga bien por ti. Para entendernos, lo importante es encontrar un buen camello y pasarlo bien. Pero no intentes aprender una profesión que creo que tiene mucho más de intuitiva que de académica. No es necesario un guión, sólo debes buscar referentes propios y pasar de las tendencias. Si sólo tienes un iPhone para hacer una película, hazla así, busca el camino más cómodo para hacer tu cine, pero sobre todo que sea personal.

¿Qué opinas del realismo social en el cine? Parece que no es tu fuerte…

El cine indie y el realismo social me parecen muy pesados. Me aburre la clásica película del chico con guitarra, con planos tipo Buffalo 66, todos quieren ser Vincent Gallo. Había más libertad y aceptación en el cine de los ’80 que ahora. Y la culpa es de la distribución, la crítica y los festivales.

A lo largo de tu vida has estado involucrado en distintos proyectos musicales, ya sea como compositor o como co-director del Sónar. ¿Qué te ha llevado a hacer cine?

Es lo que siempre he querido hacer desde pequeño. La puesta en escena es impresionante y ser director tiene un punto de semi-Dios: haces el sonido, la imagen y creas el tiempo de tu propia historia. Es la forma de expresión más rica que hay. Lo que sí es cierto es que me interesa más el proceso que el resultado, por eso igual me tachan de poco comercial.

No obstante sí has tenido reconocimiento en ciertos festivales…

Los festivales no me gustan mucho a priori. Voy a pocos y si lo hago es por algo: al de Copenhaguen voy porque aprovecho para ir a comer al Noma, por ejemplo. El único que realmente me gusta es el de Rotterdam porque creo que está más abierto que el resto, Berlin y Cannes están llenos de clichés, por ejemplo.

En mi trabajo hay elementos recurrentes: la taxidermia, el frío, la nieve y también el humor

Volvamos a La Distancia. Es una película experimental fantástica pero también una cinta de humor. ¿Cuando la hacías era algo que buscabas o los toques cómicos surgieron sin querer?

En mi trabajo hay elementos recurrentes: la taxidermia, el frío, la nieve y también el humor. Creo que el cine de autor no debería estar reñido con el humor. La risa es sana a todos los niveles.

Incluso los momentos eróticos están cargados de humor. No obstante, lo que sí tienes claro es que no quieres hacer cine comercial…

No lo tengo tan claro. Cuando hice la cinta quería que fuera un blockbuster. Desde mi punto de vista lo es: hay asesinatos, sexo, humor y acción. Hay gente que cree que la película es extraña, para mí todo lo que pasa es normal y comercial.

El cine indie y el realismo social me aburren, me cansa que todo el mundo quiera ser Vincent Gallo en Buffalo66

¿Tienes algún otro proyecto en mente?

Sí y va a ser radical. Ya que he intentado hacer algo comercial y nadie lo ha entendido, a la próxima voy a pasar de intentar mostrar mi lado más mainstream. Si Finisterrae era una road movie y La Distancia trata de un robo, ahora estoy trabajando en una cinta de un asesinato. También será en ruso.

Tus hotspots favoritos son…

Los mercados municipales.

Prohibirías…

Estoy en contra de prohibir, no sirve de nada. Si prohibes que hayan libros de nazis cada vez se van a publicar más porque la gente quiere hacerse con lo prohibido. O mira ahora lo que está pasando: si prohibes que la gente vote, cada vez van a querer votar más. La prohibición sólo ha hecho que cada vez haya más federalistas. Tampoco me gusta la típica frase de ‘prohibido prohibir’, suena muy cumbayá.

No puedes parar de escuchar en modo repeat…

Una obra de Bach en piano a cuatro manos interpretada por György Kurtág.

Nunca pensabas que terminarías…

Sacándome el carnet de conducir, llevé uno falso durante diez años. Nunca me pillaron y por suerte ya no lo harán, porque el que ahora llevo es verdadero.

Para ti ser Good2b es…

Algo muy fácil y muy complicado a la vez.