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Raquel Bueno

Sebastian Curi necesita poca presentación. El ilustrador y animador, actualmente con base provisional en Barcelona, se dio a conocer al mundo por sus audaces dibujos, que se caracterizan por un uso de líneas fuertes, grandes formas y paletas de colores simples pero con mucha fuerza. Con frecuencia, sus personajes recuerdan a un grupo de amigos que se concentran en un espacio abstracto, rebosantes de dinamismo y energía, en lo que acaba por ser una aproximación a la belleza de la simplicidad. Su dominio del movimiento corporal es extraordinario y, sus personajes, que a pesar de sus pocos rasgos resultan inevitablemente entrañables, siempre son capaces de sacarnos una sonrisa. En su portafolio ya destacan clientes de la talla del New Yorker, National Geographic, Refinery 29, Apple, CNN, MTV, Facebook o HBO, y lo mejor es que solo acaba de empezar. Hablamos con él hoy a propósito de su participación en la cuarta edición del festival belga Us By Night para descubrirlo un poco más. F: © Sebastian Curi

¿Recuerdas el primer dibujo que hiciste? De niño no era de dibujar mucho, no era algo que me interesara demasiado. Era más de coger un palo y salir a jugar a la calle, o curiosear con alguna planta o algún bicho. El primer dibujo que hice y me gustó fue este:

¿En qué momento tuviste claro que podías vivir del arte de dibujar? Cuando cobré un proyecto que era igual a un mes de mi salario como animador. Y eso pasó en 2017, así que es un recuerdo que tengo bien fresco (risas). 

«Creo que el color cuenta cosas de una forma simple y directa. Es casi universal»

¿Con qué tres palabras describirías tu trabajo? Directo, simple y colorido. 

Tu dominio del color es impresionante. ¿Qué fuerza crees que le aporta a tus ilustraciones? El color en mi trabajo aporta mucho. Creo que cuenta cosas de una forma simple y directa. Es casi universal. Siempre me he sentido atraído por las piezas que trabajan el color muy fuerte. Hace vibrar la imagen y que, incluso, éste pese más que la forma.

¿Qué significa la ilustración para ti? ¿Cómo evoluciona a través de la animación? Para mí dibujar es una forma de acercar mi voz a mi trabajo. De entender mi forma de trabajar, lo que me gusta hacer, y aplicarlo a una industria que me permite hacerlo. La animación es una extensión de eso. Jugar con la narrativa, contar historias, disponer de una dimensión más, como el tiempo, y dirigir una pieza, es increíble. Me encanta trabajar en animación y me encantaría volver a trabajar en animación con mi estilo, contando con todos estos recursos al mismo tiempo. 

Si tuvieras que quedarte con solo uno de todos los trabajos que has realizado hasta la fecha, ¿cuál sería y por qué? Sin duda elegiría el proyecto que hicimos junto al Centro Cultural Recoleta. Fue uno de mis primeros proyectos como ilustrador y significó para mí una confirmación de que era posible identificarme como tal. A partir de ese momento me empecé a definir como ilustrador y, por suerte, el tiempo me brindó más trabajo para seguir haciendo lo que más me gusta.

«Mis dibujos siempre intentan generar alguna emoción en la persona que los mira. Si es una sonrisa, mucho mejor»

Tus personajes siempre están bailando, sonriendo o tocándose… Parece que se lo pasan en grande y que esta felicidad, de algún modo, acaba por contagiarse también en quien los mira. ¿Es este un acto intencionado o algo que surge sin pensar? Mis dibujos siempre intentan generar alguna emoción en la persona que los mira. Si es una sonrisa, mucho mejor. 

Has colaborado con medios de tanto prestigio como el New Yorker o It’s Nice That, además de crear ilustraciones que han aparecido en tiendas Apple de todo el mundo y colaborar con muchas marcas de éxito. ¿Qué ha significado este logro para ti? ¿Alguna vez imaginaste que la ilustración te permitiría llegar tan lejos? Es algo que a día de hoy me sigue asombrando y que contemplo con mucha alegría. Es un orgullo poder trabajar con gente tan talentosa; ellos potencian mi trabajo, me ayudan a entenderlo desde otra perspectiva y le dan una exposición que yo nunca podría darle. 

¿Un creativ@ que te inspire? Hace un tiempo que sigo las ilustraciones de Roberts Rūrāns y no deja de asombrarme lo increíbles que son. Seguidlo en Instagram, ¡es un genio!

Ahora vives en Barcelona. ¿Nos recomiendas tres lugares que te inspiren de la ciudad? Ahora estoy de paso por Barcelona. Estamos pensando entrar en una etapa aún más nómada de la que estamos viviendo ahora. Viajar es algo que cambió completamente nuestras vidas y queremos aprovechar que podemos hacerlo ahora con mi esposa. Llevamos en Barcelona poco más de un mes, así que todavía no entiendo del todo dónde estoy (risas). Me encanta la playa para salir a correr. Voy hasta el Fòrum y es un paseo precioso. Vivo en Poblenou y, si bien no es un barrio con muchos highlights, es un bonito barrio para vivir, tranquilo y con buenos cafés como Nomad o Cafeteria Industrial. El tercer lugar tiene que ser la Sagrada Familia, toda la obra de Gaudí es bastante increíble, pero esta en particular me lo parece desmesuradamente.

¿Qué consejo le darías a aquellos jóvenes que sueñan con convertirse en ilustrador@s? El mejor consejo que les puedo dar es que no esperen a nada, que todo empieza por el trabajo personal y que uno crece a partir de salir al mundo, compartir y ver qué pasa en el exterior. No es como uno entiende su trabajo, es como ese trabajo es entendido por el resto. Y para eso hay que salir fuera y trabajar duro para volver cada día. 

¿Algún proyecto futuro que nos puedas revelar? Tuve la suerte de trabajar con un animador muy increíble en Vancouver y trabajamos en diez animaciones de mis personajes para una imagen de marca en Estados Unidos. Este mes debería poder compartir todo este proyecto –que fue una locura producir–, al que él aportó tanto. Seguid su trabajo, a mí me llena de orgullo haber trabajado con alguien tan profesional.