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Bru Romero

De la misma manera que en su día lo fueron italianos, chinos o japoneses, los restaurantes de gastronomía vasca se han convertido en la nueva tendencia a seguir en nuestros planes de ocio. A las pastas, los rollitos de primavera o aclamadas piezas de sushi les sale un duro competente: la tapa d txangurro.

Situado en mitad de la Castellana, el espíritu de Euskal-Herria se hace más que patente en Sagardi Castellana, un garito de lo más prometedor geolocalizado en el mismo local que en su día ocupó el mítico Astrid y Gastón. La meca si lo que buscas es un buen pescado y la meta de aquel que quiere retomar el apego por las tradiciones, las materias primas que saben a lo que dicen ser y las buenas cantidades.

Sagardi Castellana es el sexto restaurante, en Madrid, del grupo Sagardi Cocineros Vascos

Un negocio que con una decoración que invita a la tranquilidad y el sosiego nos descubre lo que viene a ser una neotaberna donde parece que el tiempo se para y el olor a puchero marca el ritmo de los platos. Platos sencillos que buscan el despertar de los cinco sentidos del comensal  y que, a base de raciones, degustaciones o pintxos, nos hacen reencontrarnos con el País Vasco más típico y gastronómicamente sin mácula.

Lomos de merluza, anchoas frescas de Bermeo, tortilla de bacalao, el onto beltza o boletus de Orduña salteado con yemas de huevos traídos del caserío o manitas de cordero lechal a la vizcaína, si lo que te van son las carnes, responden a las texturas y sabores que quieres volver a experimentar, todo ello bañado en sidra a granel que en invierno es lo que mejor cura del frío y de cualquier inclemencia del tiempo que quisiera impedir que disfrutáramos de la cocina vasca más pura, de la cocina vasca de este local sofisticado pero que no olvida las tradiciones.

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