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Los glaciares se están derritiendo, el agujero de la capa de ozono es un coladero de rayos ultravioleta del tamaño de Estados Unidos y 2014 fue el año más cálido desde 1880. Con este panorama, no es de extrañar que podamos anunciar a pleno pulmón que el mar ha llegado a Madrid. Afortunadamente, la explicación es otra y tiene dos nombres propios: Raw Bar y La Lonja.

Hace poco más de un mes, en la monumental Plaza de Oriente, estos dos nuevos espacios gastronómicos abrieron sus puertas para deleitar al personal con el mejor producto de la ciudad, ya que “mitad de la empresa se dedica al negocio del pescado, dispone de lonjas por toda España y tiene acceso directo a materia prima de máxima calidad”, nos cuenta el cocinero mientras prepara unos ceviches de gambas y calamares. El gerente se acerca a saludarnos y nos corrobora la información: “Nada de piscifactoría, el nuestro es pescado salvaje”.

El Raw Bar ocupa la planta baja y se centra en el mundo del crudo, con cocina en vivo y una extensa oferta en coctelería. En primer término, tenemos el típico expositor con hielo picado de pescadería con langostinos, ostras y cangrejos. Detrás, una barra alargada coronada por una gran campana central que recuerda a los japoneses donde el cocinero prepara los platos a un lado y los clientes los degustan al otro. La decoración, a cargo de Nacho García Viñuesa, está basada en los elementos de agua y arena -azul y bronce- y se inspira en el mundo marino para combinar mallas de pesca, corales de cerámica, paredes irisadas que sugieren escamas o lámparas de lágrima con forma de medusa.

Un excelente equipo, producto de primera calidad y  una ubicación privilegiada son las claves del Raw Bar y La Lonja

Platos a recomendar: se puede empezar con la ensalada de frutos rojos con picadito de salmonete y continuar con una selección de ahumados. Otra de las delicias de esta cocina es el tartar de atún o el plato estrella: las vieiras a la parrilla con emulsión de alcachofa. En los postres, no hay duda: piña salteada con eneldo, espuma de coco y curry. El gasto medio por persona oscila entre los 25 y 35 euros.

En el segundo piso encontramos La Lonja, un restaurante con tres comedores más sofisticados que no sacrifica la comodidad por la elegancia, además de ser muy luminoso gracias a su ubicación. Naira, una de las camareras que nos guía por el lugar, dice que “por la noche el ambiente pasa a ser más romántico”. Además, están preparando una cava para exponer las más de 150 marcas de vino con las que cuentan. Caminamos con ella hacia las entrañas del local, las cocinas, y ella afirma que “lo importante para nosotros es mantener la integridad del producto, no camuflarlo”. Bajamos de nuevo al Raw Bar y nos enteramos de que, además de los veinte cócteles que ofrece la carta, los sábados por la noche reciben a un Dj que ameniza la velada.

Antes de despedirnos, agradecemos la encantadora acogida del equipo y prometemos volver a ver la cava. Salimos a la Plaza de Oriente y escuchamos el rumor de las olas. ¿Qué nos han echado en el cóctel?

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