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Bru Romero

Hubo en los ’90 un absoluto boom por la cocina italiana. De la misma manera que hoy parece que no nos alimentamos de otra cosa que no sea sushi, gyozas y ramen, en su día hacíamos lo propio con platos de rica pasta al dente, risottos y gorgonzola a granel.

Situado en la calle Santa Engracia y regentado por Angelo Marino, Rafael Vega y Chema Alonso, tres figuras de lo made in Italy en la capital, Premiata Fornería Ballaró es la meca gastronómica a la que dirigirse si quieres disfrutar con un auténtico forno italiano. Un local rollo ’70 que, abriendo todos los días de la semana, resuelve esa cita de última hora con una oferta culinaria nada desdeñable.

El nombre del local hace un divertido guiño a la Premiata Forneria Marconi, famosa banda de rock setentera

Crostini con Nduja (sobrasada picante) y ricota al horno; alitas de pollo de corral rellenas de carne picada de ternera,  verduras y foie fresco; ensaladilla de huevo morado con sardinilla; croquetas de patata ahumada y queso; albóndigas de berenjena y ternera; lasagna de ibéricos; margarita de buffala o su falso calzone de calamares fritos responden a aquello que buscas en un restaurante italiano y, sin duda, a una de las opciones a barajar si harto y cansado estás de la cocina asiática que nos ha inundado.

Premiata Fornería Ballaró es un lugar donde descubrir el tratamiento que el horno ejerce sobre el producto de temporada, que ya sea de pequeños productores o del propio huerto que manejan celebra la pasión por una comida de calidad, combinada con los mejores caldos en boca gracias a un sistema de grifos  que permiten podamos catar hasta 20 referencias elaboradas en Italia.

Y como lo mejor es probar a que te lo cuenten, reserva y entrégate a la bella Italia de la mejor manera en que acercarse a su cultura: comiendo.

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