By
Bru Romero

Exprimiendo las horas de buena luz como si no hubiera mañana o las noches canallas como si no hubiera barra, nos encontramos a finales de mes con ganas de seguir dándole candela a nuestro cuerpo preparado para la jarana. Te encanta probar sitios nuevos pero también volver al redil de esos pequeños puntos de encuentro entre tus amigos y tú que intentáis llevar en el más intenso de los secretos. ¿En algún momento estuvo mal visto nadar a contracorriente?

Desde que cruzaste, por vez primera, el bar Picnic en Malasaña no volviste a pensar en esta distendida actividad al aire libre (y con bien de hierba a tu alrededor) de la misma manera. Mientras que todos tus amigos del barrio y compañeras de gym se marcan un day off (generalmente el domingo) para desconectar debajo de un árbol, con un tapete de cuadros rojos y una serie de tuppers rellenos de croquetas, tortilla de patatas, empanada gallega y un poco de fruta (que no debemos olvidar la línea ni tirados en el suelo), el Picnic se convertía en tu meca del ocio más granuja.

Con aspecto de pequeño teatro burlesque y decadente copeo, el Picnic celebra con premeditada alevosía tus planes de tarde a madrugada

Un garito donde todo el mundo es bienvenido pero solo aquellos de morro fino se dejan pervertir, de nuevo, por este antro, ya típico en la ciudad, donde poder pasar de un té o café con tarta a un Ruso blanco, Tom Collins, Bloody Mary o Cosmopolitan bien resquito.

La entrada a un oasis situado en lo más recóndito de la agenda de baretos con más flow de la ciudad y donde no solo entregarte a la degustación de los dulces, infusiones, tragos o espirituosos de su carta sino a la interesante parrilla de artistas que ya sea en conciertos gratuitos, monólogos o exposiciones varias te regalarán un pellizco de esos planes alternativos que nadie, en su sano juicio, debería perderse.

 

Detalles




  • Dirección: c/Minas,1
  • Horario: L-J: 17,00 a 01.30h. V-S: 16.00 a 02.30h. D: 16.00 a 01.30h
  • Tipo: Bar-cafetería