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Bru Romero

No me podrás negar que mucho más típico que los rollos primavera o el arroz 3 delicias es el pato laqueado, en cuanto a comida china se refiere. Quizá, no sea la opción que te llevarías a casa un sábado de peli y Netflix, pero lo cierto es que este suculento bocado es no solo uno de los más demandados en restaurantes del tipo repartidos por todo el mundo, sino uno de esos platos que nos hacen enfrentarnos a lo más intrínseco de la idiosincrasia oriental a través de este bocado imperial. ¿Qué tal si nos dejamos caer por el restaurante Pato Laqueado de Pekín?

Situado a un tiro de piedra de la Plaza de Castilla y recibiendo al público no como un restaurante de comida china sin más, no hace falta ser muy inteligente para darse cuenta qué especialidad es la de la casa. Un restaurante cuya tarjeta de presentación es este ave cubierto de melaza, horneado y de un sabor que hace palidecer de gusto al personal y que se hace rodear de otros platos de lo más tradicionales y clásicos en las distintas regiones gastronómicas de China.

Platos milenarios que nos roban el corazón y nos lo devuelven en forma de pura esencia asiática

Un local camino de cumplir las dos décadas en la capital y al que ir virgen de cualquier sabor en paladar preconcebido y con la única intención de permitir que nos sorprendan con platos que creíamos conocer. Una expedición a lo más profundo de la esencia culinaria de un país misterioso y milenario donde las costumbres se han repetido sin mutar en el tiempo.

De este modo, la autenticidad de platos como sus Dim sum de gambas; Baos de carne y verdura; Fondue de caldo de pato, lámina de buey, langostinos, huevos, fideos chinos y arroz jazmín; Bambú encurtido; Tempura de langostinos; Rollitos crujientes con mayonesa de miso; Seitan al estilo Shanghai; Agripicante de Sichuan; Vieiras tosaka; Sekpan de mero en baño de guindillas; Don po rou o una Panceta en dos cocciones, pone el listón tan alto que no es muy complicado volver a nuestro chino de cabecera, barrio o confianza. Ninguna tristeza, vaya.

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