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Ariana Díaz Celma

Cumplir una década con una reputación impecable va más allá del reto una vez desprecintado 2018. Ya es un hecho que Frederic Fernández e Ignasi Montes, propietarios del Osmosis, han conseguido convertir este restaurante en el nuevo clásico de la Ciudad Condal. Los dos pisos que habita en un distrito también tradicional -el Eixample izquierdo- pueden jactarse de ser uno de los espacios más comprometidos con la temporada y la cocina de mercado. No en vano, Osmosis cambia su carta cada dos semanas para refinar hasta la perfección máxima cada una de sus recetas. Si bien es cierto que aquí nadie se ha inventado la sopa de ajo -todos los platos tienen una firme base en la tradición catalana- también lo es el hecho de que el toque de la casa está en cada una de las referencias de la carta, que a lo largo de los años no ha hecho más que llegar a la perfección absoluta.

Osmosis cambia su carta cada dos semanas para refinar hasta la perfección máxima sus recetas

La carta, aunque estática los quince días que tiene de vida, cuenta con algunas variaciones: desde el menú degustación XL con maridaje (120€), al XL a secas con 9 platos (72€), el largo con maridaje (100€), el de 7 pasos (60€), el corto con maridaje (65€) o el de cinco platos (42€), una versión sencilla que también dejará satisfecho al más exigente. Aunque nunca sabes qué encontrarás, sí podemos asegurar es que cada plato estará hecho con ingredientes de rabiosa actualidad estacional. Mientras que en otoño puedes dar con un wang tong crujiente de butifarra negra; una crema de ceps con huevo remojado, trufa y pistacho para llorar de la emoción; o un sorprendente salmonete relleno de lengua de vaca y alcachofa; en invierno no te costará degustar platos como el canelón de pollo ‘pota blava’ a la catalana con trufa negra o el jabalí de caza con nabo negro a la antigua. Un auténtico festín para paladares clásicos aunque sibaritas y con ganas de jarana.

El chef Raul Roig es el encargado de hacer trabajar con gusto nuestras papilas gustativas, que además pueden disfrutar cada mediodía de un menú ejecutivo por 28€. Como es de imaginar, Roig se ha formado en cocinas Michelin como el Racó de Can Faves o The ​Kitchin. En Osmosis da rienda suelta a todo lo aprendido y aprueba con nota, a pesar de haber servido hasta 10.000 comensales en 2017… ¡Casi nada!

El chef Raul Roig es el encargado de hacer trabajar con gusto nuestras papilas gustativas

Pero vayamos a lo que probablemente a estas alturas ya hayas sospechado por la importancia que se le da al maridaje en relación a las opciones de la carta: el protagonismo de los vinos. O mejor dicho: la carta de vinos como un ente independiente aunque conectado irremediablemente al menú degustación. Aunque en este caso no cambia cada segunda semana, sí es cierto que lo hace con las estaciones y que los sabores se estructuran alrededor de los tonos dominantes de cada temporada.

Así pues, Osmosis se presenta como una de las opciones triunfadores cuando nos referimos a restaurantes enogastronómicos. El lugar ideal para degustar esos productos que siempre esperas de cada temporada, reforzando al máximo el sabor de cada uno de ellos. Un total win de la clase gastronómica lo mires por donde lo mires.

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