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Bru Romero

Si hay una capacidad que tienen los clásicos es que da igual el tiempo que pase por ellos que siempre son una garantía de un buen trabajo. Ocurre en el cine, ocurre en la moda y en la música y también en la gastronomía. Y si no, solo hace falta echar un ojo a Arzak, Zalacaín, Kaia Kape, Rías de Galicia, Echaurren, Hispania, Akelarre o Zuberoa que con tan solo nombrarlos ya nos saliva la boca. Lo mismo nos ocurre con Nimú Barquillo que como bien augura su nombre, deja al personal mudo.

Mudos pero porque no podemos dejar de masticar las especialidades de su chef, el dominicano Héctor Arias, que ha sabido prolongar los éxitos del mítico restaurante del hotel Adler hasta su segundo emplazamiento en la capital en el número 40 de la calle del Barquillo.

Un nuevo acierto del grupo leonés Vamuca que apostando por este clásico foodie de selectos y muy variados feligreses introduce esta fusión entre la cocina caribeña, francesa y japo en lo que ya se conoce como el soho madrileño y contando, una vez más, con Pascua Ortega como diseñador de unos interiores que acompañan a la experiencia gastronómica en Nimú Barquillo.

Los clásicos siempre serán clásicos y prueba de ello es Nimú Barquillo que no solo mantiene la fama de su antecesor sino que la supera. Gran labor, todo sabor.

Un disfrute para todos los sentidos que ya sea en barra como en comedor provoca que las opciones sobre la mesa bien valgan la reserva y todo gracias a un chef que manteniendo el nivel de su antecesor (en el primer Nimú) Antonio Carmona, nos deja una serie de platos que es complicado no se conviertan en míticos.

Tortilla de alcachofas confitadas, croquetas de chipirón de anzuelo, paté de mejillones de roca, milhojas de verduras y pulpo, cazón en adobo con ajo negro, ensaladilla rusa con gambas o una serie de nigiris, que es mejor no saltarse, son el anticipo de una serie de pescados como la merluza de pintxo con pimientos del Bierzo, el pez mantequilla  con alga wakame o un bocata de calamares de potera con pan de cristal y unas carnes como su chuletón del Norte, la carrillera con puré de patata trufado, el steak tartar con tobiko o un rabo de toro con parmesano rallado que únicamente dejan hueco para unos postres como la leche frita “en honor al jefe”, el tiramisú de llorar de gusto y una pantxineta de crema de coco que nos hacen poner el broche final con gusto, aplauso mediante. Y que siga escribiéndose la leyenda.

Detalles




  • Dirección: c/del Barquillo, 40
  • Horario: M-J: 11,00h a 01,00h y V-S: 12,00h a 02,00h
  • Teléfono: 914 26 32 25
  • Tipo: Restaurante
  • Web: http://www.nimubistro.com/