By

Es indiscutible que el vermut está atravesando un gran momento. Esta maravillosa bebida ya no forma parte solamente de la idiosincrasia de nuestros abuelos, la gente joven se ha hecho con ella y la ha conquistado. Todo de una forma muy natural: han descubierto sus virtudes, su sabor, posibilidades combinatorias y buen precio, y se la han llevado a su terreno. Desde hace ya tiempo los domingos nos son lo que eran, ya no quedamos para tomar unas cañas, quedamos para (como dirían por estas latitudes) ‘hacer’ un vermut, y si ya lo acompañas con unos buenos mejillones en escabeche, el plan es redondo. Es un hecho irrefutable que está de moda, y no tiene pinta de ser pasajera. Pues bien, para rematar esta época dorada vermutera, en Reus (Tarragona) acaban de abrir un increíble museo dedicado en cuerpo y alma a la exaltación de esta bebida, el Museu del Vermut. Aquí, una servidora se fue de excursión a conocerlo en vivo y en directo, y contaros la grata experiencia: masterclass y cata de cócteles cortesía de Martini (nunca olvidaré el spicy Martini o el combinado con licor café), una degustación de platos cuyas recetas incluyen este licor, y una visita a lo largo y ancho del museo, con el mentor del museo. Planazo total.

El museo contiene más de 1400 botellas y 300 carteles relacionados con el vermut, incluyendo joyas diseñadas por el mismísimo Andy Warhol 

Según Joan Tàpias, el alma máter de este gran proyecto, el museo tenía que estar sí o sí en Reus, ya que para él es la ciudad más vermutera del país. Este catalán, gran aficionado a esta bebida y coleccionista empedernido desde hace más de tres décadas de todo lo relacionado con ella, se decidió a abrir por motu propio El Museu del Vermut (el primero del mundo dedicado a este licor). De esta manera podía exponer allí su bastísima colección de artículos, botellas, carteles, y demás miscelánea de objetos. Hablamos de que en su interior encontraréis más de 1400 botellas y 300 carteles relacionados con el vermut, incluyendo joyitas diseñadas por el mismísimo Andy Warhol o botellas de la época de la Ley Seca estadounidense que se colaban en el país como medicinas. 

El sitio elegido por Tàpias es un maravilloso edificio catalogado de la ciudad: ni más ni menos que un antiguo hostal modernista (después fue fábrica de gorras y estudio de fotografía), hecho por el arquitecto modernista y contemporáneo de Gaudí, Pere Caselles i Tarrats, a princpios del 1900. Un enclave espectacular que ha sido restaurado con muchísimo gusto, salvaguardando ese icónico ladrillo visto, y respetando sus orígenes industriales. Allí, además de exponer su colección, cuenta con un restaurante especializado en cocina de mercado, con bar y terraza donde poder desgustar entre los más de 35 vermuts diferentes, y cuatro salones/comedor, cada uno dedicado a una marca emblemática del licor reusense (Yzaguirre, Miro e Iris).