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Bru Romero

A la hora de elegir un restaurante siempre es bueno enterarse un poco antes de lo que va su vaina. No queremos sorpresas y menos en un momento en el que contamos los euros como si fueran brillantes y no queremos irlos tirando en tentativas de las que no salimos nada exitosos. En Miyama eso no ocurre y es que pese a haber perdido un poco de fuelle tras la partida de su chef Hiroshi (al japo yakitori que lleva su nombre), sigue sorprendiéndonos. ¿Vienes?

En plena Castellana (aunque también tienen otra sucursal de Flor Baja, 5), Miyama sigue recibiendo desde a entendidos foodies a turistas que curiosean pasando por la comunidad japo que saben distinguirlo como una parada más que necesaria (ya sabéis aquello de que donde coman los japones… ahí hay que ir). Un local que no se pierde en florituras ornamentales en su interior porque consideran que lo suyo es agradar plato tras plato pero que saben sacar el mayor provecho a un restaurante alargado con flamante barra y mesas a izquierda y derecha bien iluminadas. Una sala bien servida (y mejor atendida) por la que circula una gastronomía de producto y de gran calidad tanto nacional como importada.

Platos poco conocidos (pero auténticos como pocos) y un servicio que brilla por su presencia, dos de las «rocas duras» de un Miyama que merece la pena catar

Una cocina que basa en el marisco (y todo lo relacionado al mundo marítimo) su oferta gastronómica sin olvidarse de esas recetas de las abuelas niponas que hacen las delicias de los paladares más viajados y atrevidos. Así, entre sus entrantes encontramos una berenjena con picadillo de pollo y salsa de miso rojo al que le siguen el salteado de setas japonesas y espinacas, huevas de salmón y vieira con Mizorezu, mini spring rolls de langostinos o sabroso tartar de atún picante. Opciones que dejan el listón muy alto frente a sus muy variados tatakis, sopas o mushimonos al vapor, así como al gindara (bacalao negro) al horno marinado en miso, los nabes (guisos típicos) de wagyu o verduras y pescado, las tablas de sasimis, nigiris, sushis, makis y temakis, las tempuras o las especialidades del chef (por las que es recomendable adentrarse) que, no decaen sino que son un suma y sigue.

Una muy variada carta a la que poder broche de té verde (que para eso estamos en un japonés) con el mousse de chocolate negro y yuzu con salsa y sorbete de mandarina, el mochi con bizcocho de té verde y sorbete de fresa o la tarta de manzana caramelizada con helado de nuez y miel, nada de dieta, pero irreemplazables. ¿Estás salivando? Venga tont@, reserva.

Detalles




  • Dirección: Pº de la Castellana, 45
  • Horario: L-S: 13,30h a 16h y 20,30h a 00h
  • Teléfono: 913 91 00 26
  • Tipo: Restaurante
  • Web: https://restaurantemiyama.com/