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Ariana Díaz Celma

Entre las calles de Santo Domingo se encuentra un pequeño tesoro: el restaurante japo-corenao Mashita, que significa rico en coreano, regentado por un simpático matrimonio de dicho país. Con los años y su buen hacer, el boca a boca ha ido contando las virtudes del lugar, que junto a sus generosas raciones y precios económicos, se ha convertido en un imprescindible del barrio para los amantes de la comida oriental.

Aquí todo es muy familiar. El local es pequeño, no tienes más de cinco o seis mesas, y la comida te la hacen al momento, por eso se recomienda ir sin prisas. En el lugar destaca la pared llena de pintadas a boli, ya que todo cliente puede dejar su huella, y los platos reproducidos en plástico, como en los restaurantes de Tokio, para que te hagas una idea de lo que vas a comer.

Por la parte japo tienen bandejas se sushi y makis y témpura. Y por la parte coreana, más desconocida pero muy sabrosa, cuentan con clásicos como los fideos de batata llamados chapse, las empanadillas mandú o la sorprenden cazuelita bibimbop. Para beber la mejor opción es una cerveza japonesa como la Asahi o la Kirin.

En Mashita no hay lujos ni glamour, pero sí buena comida y buen ambiente por no más de 15 euros por persona.

Detalles




  • Dirección: C/ La Bola, 12 Madrid