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Ariana Díaz Celma

Si el volumen I de nuestro trip a Marrakech te dejó con ganas de más, aquí va nuestra segunda ración de consejos con lugares imprescindibles que debes visitar en la que probablemente sea la ciudad más atractiva de todo Marruecos. Hoy seguimos el tour con el lado más glamouroso y acomodado de la ciudad, sin duda un lugar lleno de dobleces y antagonismos…

*Jardins Majorelle. Yves Saint Laurent sabía lo que era bueno y donde refugiarse a la hora de alojarse en una de sus ciudades favoritas. Esto es los jardines que nos ocupan. Compró tal paraíso junto a su socio y amante Pierre Bergé en 1980 para escapar del rebomborio de la plaza Jamaa el Fna sin renunciar en ningún momento a los encantos de Marrakech. Si miramos atrás en la historia, podemos averiguar que este precioso y cautivador jardín botánico fue creado por Jacques Majorell, pintor francés hijo de un famoso diseñador de muebles, en 1919. En 1947 abría sus puertas al público, aunque en 1967 volvería a cerrar, pues Jacqes tuvo que regresar a Francia tras un grave accidente de coche. Que YSL se hiciera con el jardín significaba que el gran público podía ver su pasión por la jardinería y los cactus, que en muchas ocasiones se presentan como clarísimos signos fálicos.

Dónde comprar. En la misma salida encontramos la concept store 33 Rue Majorelle, un lugar donde podemos descubrir gadgets y prendas firmadas por diseñadores locales. También cuenta con una galería, un bar y una sala de exposiciones. Imprescindible para saber qué nos trae el lifestyle con factura en Marruecos.

*Ville Nouvelle. Tras el shopping en 33 Rue Majorelle se recomienda dar un agradable paseo hasta este barrio, una de las zonas acomodadas de Marrakech. Aquí veremos una vez más los contrastes entre la parte más pobre de la ciudad y aquella en la que residen sus habitantes adinerados. Podrás encontrar cadenas como Zara Home, Stradivarius o Mango, para que te hagas a la idea. 

Dónde comer. Imprescindible hacer parada en el bar-restaurante colonial Grand Café de la Poste (Boulevard El Mansour Edhabbi w/ Avenue Imam Malik). Conexión wi-fi, platos exquisitos y todas las comodidades que uno pueda imaginar.

*Jardin Menara. Y tras la visita a los jardines trendy, es necesario acercarse a los más populares. Entre olivos, aquí salen a pasear y hacer picnics y barbacoas los locales. Dice la leyenda que años atrás un sultán ahogaba a sus víctimas en la piscina que preside estos jardines tras invitarles a copiosas cenas. El lugar perfecto para ver la puesta de sol y donde adivinar la clásica estampa con la que se vende la capital al resto del mundo.

*Hammam. Un viaje lleno de emociones y cierta sensación de bipolaridad social debe terminar con una visita a un hammam, el típico baño árabe. Su finalidad es limpiar el cuerpo y relajarse hasta decir basta. La versión árabe de lo que comúnmente conocemos como spa en esta latitud cuenta con un tratamiento estrella: el gomash, una exfoliación que dejará tu piel como la de un bebé. Acostumbra a ir seguido por un baño y un masaje a escoger. Uno de los mejores hammams de la ciudad es sin duda Les Bains de Marrakech (2 Derb Sedra, Bab Agnaou).