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Bru Romero

Llevan con orgullo que desde su construcción en 1853 se convirtió en el primer hotel de Madrid que contaba con restaurante en su interior y desde entonces el Gran Hotel Inglés no ha desperdiciado ni un solo segundo no solo para seguir manteniendo ese hito sino para contar con el mejor equipo gastronómico que alguien se pueda llevar a la boca. Con Willy Moya al frente de unos fogones que no descansan, Lobo 8 se nos descubre como una de las paradas obligatorias si lo que nos gusta es el buen comer y si sabemos cómo disfrutar de esta vida.

Localizado en pleno centro y apostando por una cocina que acepta la vanguardia y las nuevas técnicas como verdadero motor de sus fuegos, Willy Moya no quita ojo al recetario más tradicional y a sus sabores de siempre. Un guiño muy auténtico a aquellos servicios que el Café Inglés despachaba hace décadas y que el chef recupera dándoles una vuelta y adaptándolos a los nuevos tiempos.

¿Eres de cócteles, tragos largos y un picoteo frugal? Déjate caer por LobByto el apartado canalla de Lobo8

Ricos aromas, buena cocina y un lujo muy castizo que no engaña y le hace al comensal sentirse especial. Un barrio de las Letras que bulle aún más gracias a la oferta de un Lobo 8 que se deshace de cualquier truco para presentarse sin filtros sin mácula. Platos que retoman ese fervor del gran público por las gildas, las bravas, los mejillones tigre, la oreja o las croquetas de jamón para proseguir con un ajoblanco con sorbete de higo chumbo, un carpaccio de besugo con aguacate, una purrusalda con avellanas y tomillo limón o unos huevos rotos trufados con prueba de matanza. Aperitivos y entrantes que despejan cualquier tipo de duda de que lo bueno está por llegar y más cuando le hincamos el diente a su pargo a la parrilla con salsa de callos, el pez espada con chipirones salteados al carbón, el pichón con pastela de sus higaditos, la carrillada ibérica al oloroso o un solomillo a la parrilla con salsa de tuétano asado con el que se te va la olla.

¿No quieres que decaiga la fiesta? Pues no lo dudes, pídete su melón mojito con sirope de albahaca y lima o su delicada torrija de arroz con leche y sorbete de frambuesa que se ha convertido en una obligación. El fin de fiesta o broche por todo lo alto lo puedes poner en LobByto, el apartado del Gran Hotel Inglés para brindar con ricos cócteles y (de haberte quedado con hambre) picotear algo frugal, algo absolutamente triunfal.

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