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Algo misterioso sucede los viernes, e incluso, en ocasiones, otros días de la semana. Uno llega a casa después de una jornada laboral de locos, y tras el merecido suspiro de felicidad pensando «por fin empieza el fin de semana», casi por arte de magia, uno sólo puede visualizar una cosa: la pizza. El aroma, el ritual, el sabor y la comodidad han convertido a este clásico plato de la cocina italiana, en un hit gastronómico mundial. Y sabemos de buena tinta que, en las casas, la pizza es un fondo de armario en lo que ha comida se refiere y además atemporal. No importa si es verano o invierno, una pizza siempre es buena idea.

La nueva campaña de pizzas Casa Tarradellas es una oda literal a ese ritual tan de viernes por la noche y a ese desahogo de no tener más que encender el horno y ¡voilà!

Lo curioso de este plato es que nada tiene que ver con tendencias o modas. La pizza ha conseguido formar parte desde hace muchos años de nuestra idiosincrasia culinaria habitual a base de sumar adeptos de una forma muy natural. Por si fuera poco, no atiende a edades -gusta tanto a jóvenes como a mayores o niños- y consigue algo inaudito: poner de acuerdo a grupos de lo más variopintos. Sabiendo esto, nos atrevemos a pedir que levante la mano a quién no le guste la pizza. Probablemente, nadie haga ni el amago. Precisamente de esta sensación de consenso, del alivio de estar en casa y de no tener qué pensar en qué voy a cenar, y de las mil y una historias que cada uno de nosotros podría contar sobre la pizza, versa la nueva campaña de las pizzas de Casa Tarradellas. Una oda literal a ese ritual tan de viernes por la noche de pizza y peli, y también a ese desahogo de no tener más que encender el horno y ¡voilà!

A todos seguro que nos ha salvado más de una vez la papeleta tener en la recámara una pizza Casa Tarradellas. Ya sabéis, son buenas, rápidas y fáciles de preparar, y además tienen ese punto de autenticidad que tanto echamos en falta en el fast food de hoy en día. Las cosas hechas con cariño, siguiendo la tradición y, en definitiva, de toda la vida. Dejaros embaucar por el aroma tan cotidiano de su nueva campaña viendo el vídeo aquí abajo. Seguro que os saca más de una sonrisa de complicidad.

«Dejarse seducir por el olor de una pizza recién hecha, discutir por el último trozo o pelearse por la porción con más queso son algunas de las escenas que ocurren habitualmente en casa cuando se comparte una pizza Casa Tarradellas.»

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