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Ariana Díaz Celma

Muchos la conocerán como La Mejor Pastelería de Mundo, como mínimo así lo atestigua el premio Coupe Du Monde de la Pâstisserie, que ganó en 2011 y que la sitúa como un templo del dulce en la ciudad condal. La Pastisseria, que así se llama -sin darle más vueltas ni ponerle más artificios- es obra de Josep Maria Rodríguez, pastelero adoctrinado en Hoffman que, antes de abrir su propio chiringuito, había pasado por obradores de renombre como el de Oriol Balaguer y por restaurantes como el Miramar o el Zuberoa, ambos con dos estrellas Michelin.

Sus creaciones están inspiradas en la arquitectura y la pintura

Hoy en día, La Pastisseria es lugar de peregrinaje para los amantes de la buena repostería, que se acercan cada semana a su local de plaza Letamendi, un templo para los más golosos, pero también para los más sibaritas. Reconocerás el lugar por la cereza -un tanto conceptual, todo hay que decir- que adorna su logo y que representa el detalle de todo lo que se prepara en el interior. Se trata de un lugar pensado para personas que tienen cierta sensibilidad por la pastelería, y para las que no solo es importante la textura y el olor, sino también la presentación.

Podemos aventurarnos a decir que sus pasteles tienen algo de obra de arte, pues se inspiran en aspectos como la arquitectura o la pintura, hechos que entenderás si ves la magnitud de las creaciones de Josep Maria. Su pastel Rosa es un buen modo de introducirse en las bondades de La Pastisseria, pues fue el que le mereció el premio a nivel mundial. No obstante, casi cada vez que Good2b visita el lugar opta por una selección de pasteles en formato individual, a cuál más gustoso. Entre nuestros favoritos se encuentran la cremosidad del pastel de vainilla, la suavidad del de queso, la frescura del de mojito y la clásica tarta tatin, que aquí cobra otra dimensión de sabor. No obstante, si quieres sorprender a alguien, deberás hacerte con la Rosa de Sant Jordi o el pastel de cereza, puesto que su presentación es impecable. La ligereza del de chocolate tampoco defraudará a los fans del cacao y además es cero empalagoso. En La Pastisseria, pero, también cuentan con tartas para compartir y mini vasos, perfectos para cáterings o cenas multitudinarias en casa -atento al de piña colada-. En resumen: se las saben todas.

El éxito de La Pastisseria también se deduce de su recién apertura en Via Augusta, 166, donde la cereza ha empezado a ondear para deleite de la parte alta de la ciudad.

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