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Cristóbal Balenciaga tuvo que emigrar a París en 1936, en medio de la Guerra Civil. Fue entonces cuando empezó a añorar su España natal, recordando su infancia en Getaria, un pequeño pueblo del País Vasco donde ahora se erige el museo en homenaje a su figura que lleva su nombre. En la capital francesa recibió la influencia de los grandes maestros de la pintura española; una influencia que acabó formando una manera de concebir la moda. F: todas las imágenes cortesía del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

Cristóbal Balenciaga creó algunas de sus piezas más reconocidas inspirado por los grandes maestros de la pintura española como El Greco, Goya o Zurbarán

Se ha estrenado en Madrid la exhibición Balenciaga and Spanish Painting, que reúne en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza 90 piezas diseñadas por el vasco con 56 obras maestras del arte español. El comisario de la exhibición, Eloy Martínez, quiere destacar el hecho de que no se puede comparar la obra de Balenciaga en vida con la de la línea que la marca sigue actualmente. De esa forma, la exhibición busca mostrar las ideas y las inspiraciones que Balenciaga tuvo en sus años como creador.

Para ejemplificaros algunos casos, Balenciaga se inspiró en algunas pinturas de La Anunciación hechas por El Greco para buscar su propia paleta de colores. La forma en la que el pintor renacentista usaba el color impactó al diseñador, que compuso sus colores de una forma similarmente vibrante. Aún así, hubo un color que le llegó de otra parte: el negro. Siendo un hombre religioso, Balenciaga encontró la belleza en el hábito. De esa forma, algunas pinturas de corte sirvieron como inspiración al diseñador a la hora de usar el color más oscuro.

Las Meninas, indudablemente uno de los cuadros más importantes de la historia del arte español, también tuvo su influencia en Balenciaga. La obra de Velázquez puede verse representada en la curiosa forma del vestido Infanta diseñado por el vasco en 1939. Otro de los grandes artistas españoles, Zurbarán, sirvió como inspiración al diseñador en cuanto a los tejidos de sus vestidos. Para acabar, tenemos que hablar de cómo Goya y sus cuadros de la Duquesa de Alba en 1795 y de la Marquesa de Lazán en 1804 ayudaron a Balenciaga a elegir los materiales para algunos de sus vestidos más famosos.