By
Ariana Díaz Celma

La taberna La Carmencita es el mejor ejemplo de lo que conocemos como renovarse con buen gusto conservando la tradición, sin perder ese toque vintage-castizo que nos encanta. El local cuenta con muchos años. De hecho, ha visto pasar revoluciones y ha dado de beber vermut a toda la generación del ’27. Ahora ha vuelto de la mano del Grupo Deluz con mucha energía y espíritu de casa de comidas. Y lo hace con las facilidades de un horario amplio, desde las nueve de la mañana para los más madrugadores hasta las dos de la mañana para el placer de los más trasnochadores.

Sin duda, uno de sus puntos fuertes es la decoración, con preciosos azulejos azules, mesas de madera y una espectacular barra de madera y estaño. El menú es amplio y se adapta a su horario, con ricos desayunos, espectaculares brunchs los fines de semana, platos perfectos para comer o cenar, ricas merendolas y cócteles para cuando cae la noche.

Como habrás adivinado, su carta recupera recetas españolas tradicionales y las elabora con productos ecológicos de primera. En sus platos destacan las rabas de Santander, las clásicas anchoas -tan sencillas como espectaculares-, las croquetas de marisquete, sus míticos huevos fritos con paletilla, el sabroso cordero o el arroz marinero -aunque debemos anotar que toda la sección de arroces es digna de ser destacada-. De postre, la clásica tarta de galletas con chocolate endulzará la velada, aunque también merecen ser mencionados su tarta de queso y su orgásmico flan. Todo en un ambiente que se encuentra en el punto justo: no se pasa de moderno, pero tampoco de cañí; con un servicio atento, que se preocupa de cuidar su clientela, una mezcla ideal de la gente que transita el barrio.

Una comida o cena en La Carmencita costará unos 30/35 euros por persona, que pagarás por sentarte en un espacio chic-castizo en pleno Chueca. Worth it 100%. 

Detalles




  • Dirección: C/ Libertad, 16 Madrid