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Ariana Díaz Celma

Joya gastronómica a la vista. Además, hay algo de food hunter en el hecho de conocer su existencia, pues Suculent -el restaurante que aquí recomendamos- se encuentra en lo más profundo del Raval, por allá donde los shawarmas se venden como pipas y la buena gastronomía brilla por su ausencia. Tras haberle echado el ojo alguna que otra vez -está situado en el local que en otros tiempos ocupaba la pintoresca y canalla Bodega del Raval-, una pista resultó definitiva para sentarnos en una de sus mesas a probar sus delicias: Carles Abellán es uno de los socios de este restaurante con aires de taberna reconvertida. No obstante, el chef catalán sólo se deja ver de uvas a peras por el lugar. Son otros los responsables de poner cara al Suculent, un lugar que ha ganado merecidamente la fama de ser uno de los mejores restaurantes de la zona.

Carles Abellán es uno de los socios de este restaurante con aires de taberna reconvertida

El Estudio3Patas ha sido el responsable de decorar el lugar y ha conseguido que el atrezzo sea cómodo e idóneo para disfrutar de su carta a base de tapas. El nombre es ya una auténtica declaración de intenciones, pues Suculent proviene de las palabras ‘Sucar lent’, que significan mojar lentamente el pan en la comida. Su carta se basa en la gastronomía mediterránea, aunque dándole una vuelta de tuerca mediante ideas y técnicas de hoy. El menú, como imaginarás, se elabora a partir de productos de mercado, siempre dependiendo de la temporada. Puedes empezar con unas Alcachofas del Prat con cecina, un Ceviche de gambeta, una Témpura de calçots con romesco -haciendo honor al limitado tiempo de este gustoso vegetal- o sus Croquetas cremosas de pollo -todos las cocinan, pero en pocos lugares de la ciudad serán tan especiales como aquí, palabra de Good2b’er-. Las tablas de quesos y embutidos, así como una acertada selección de latas, completan el perfecto primer contacto con el Suculent.

Una vez llegados a este punto, es posible seguir la comida a base de tapas o pasar a degustar alguno de sus segundos. Es el caso del ‘cap i pota’, imprescindible para los fans de los platos de cuchara; la Ventresca de atún rojo o el Morro de bacalao con caracoles; así como el Costillar ibérico Maldonado o las Albóndigas con sepia. Los arroces -cada domingo hacen el ‘flamenco’- y los platos de caza dan la bienvenida a los postres. El Boniato con mel i mató es una buena opción para los nostálgicos, aunque los más golosos seguro que se deciden por el Pastel de queso brie.

Comer en el Suculent te costará a partir de 30 €, pero seguro que pensarás que están más que bien invertidos.

Detalles




  • Dirección: Rambla del Raval, 43, Barcelona
  • Horario: De miércoles a viernes 19:00 - 24:00h | Sábados y domingos 13:00 - 16:00h / 19:00 - 24:00h
  • Teléfono: (+34) 934 43 65 79
  • Tipo: Restaurante
  • Web: http://suculent.com/es/