By
Ariana Díaz Celma

Está claro que como ciudadanos de a pie es poco probable que algún día lleguemos a dar nuestro nombre a una calle por las mini hazañas heroicas que perpetuamos en nuestro día a día. Admitámoslo, nunca seremos Ramón y Cajal, Pau Claris o Lope de Vega. Lo que ya no es tan improbable es que no bauticen un avión con nuestro nombre para congratular una buena acción. Exacto, a partir de hoy ya hay historiasquemerecenunavioncomo por ejemplo la de Carlos y Arelis, una pareja de lavanderos de Nueva York que colgó un cartel en su negocio en el que se ofrecían hacer la colada gratis el traje a personas desempleadas que tuvieran una entrevista de trabajo (ver vídeo más abajo). ¿El responsable de este adorable embrollo? Vueling, una compañía que viene dándonos este tipo de gratas sorpresas desde hace años.

Vueling ha creado un microsite que recoge historias de héroes locales, cuyo nombre acabará bautizando aviones de la compañía

Ya sabíamos que la compañía tenía la buena costumbre de poner el nombre de pasajeros a sus aviones. Eloy Fructuoso, que fue su pasajero un millón en el año 2004, es uno de los mejores ejemplos. Pero no el único. No obstante, ahora Vueling ha decidido ir un poco más lejos y bautizar sus aviones bajo el nombre de héroes anónimos que, por sus gestos o acciones, ayuden a recuperar la fe en el factor humano.

El microsite historiasquemerecenunavion.org recoge todas esas historias que bien merecen la pena un visionado y, por qué no, que sean compartidas (algo a lo que te animamos encarecidamente desde Good2b). Ah, si crees que tu también eres uno de estos pequeños héroes, también puedes compartir tu historia. Te hemos convencido, ¿no?