Un año más, aquí estamos, luchando. Mujeres del mundo, un día como hoy sirve para recapitular lo que hemos hecho, lo que queda por hacer, unirnos, motivarnos y seguir caminando.

Es una obviedad que el concepto social de género es una grave injusticia a la que ningún ser humano –hombre, mujer o cualquier fase intermedia en el espectro de la sexualidad– debería sucumbir, especialmente si tenemos en cuenta cómo funciona todavía hoy.

Estamos en un contexto tan increíble como aterrador, en el que hay gobernantes verdaderamente asquerosos que elevan la misoginia y el machismo a niveles casi primigenios; en paralelo, hemos crecido el concepto de ‘mujer’ hasta puntos que han creado un orgullo colectivo impresionante –como las cientos de #WomensMarch que se produejron casi simultáneamente alrededor del mundo–.

Hay tantos temas dentro de las desigualdades de género que todavía están por tratar, que requieren de todas las mujeres –y hombres– del planeta para guiarlos y dirigir el cambio. Seamos activos y activas y participemos en seguir cambiando nuestro mundo, porque no existe entidad posible que pueda dictar las condiciones de vida del resto de la humanidad, simplemente no cabe la lógica en ese pensamiento, así que no lo permitamos. Luchemos contra quienes pretenden imponer sus reglas en detrimento de los demás y consigamos un espacio cómodo para todos.

Mujeres, parte de ello empieza porque seamos dueñas de nuestra propia sexualidad. Cuestionemos cómo vemos el sexo, el concepto de sexualidad femenina que se nos ha enseñado. Muchas podemos pensar que no disfrutar del sexo es normal, o que las cosas son como son para el placer masculino. Pero nosotras también tenemos la responsabilidad de hacer del sexo algo de disfrute para nosotras y de comunicarnos con nuestra pareja para que sea así. Para eso, os recomendamos dos cosas: el libro Tu sexo es tuyo de Sylvia de Béjar y el porno feminista de Erika Lust.

Otro punto delicado es quizá el que con más pertinencia nos concierne hoy: los sueldos. Este es quizá uno de los puntos donde más evidente sigue siendo la desigualdad entre géneros y la discriminación sexual. Ante esto, hay que estar alerta y ser valientes para no quedarnos calladas y pedir lo que nos corresponde lícitamente. Os recomendamos seguir el podcast de Sophia Amoruso Girlboss Radio para escuchar las historias de decenas de mujeres que han creado cosas increíbles y cómo lo han hecho, con pelos y señales de los obstáculos que se encontraron en el camino –incluidos algunos hombres retrógrados que cuestionaron sus capacidades y les aconsejaron a dedicarse a ‘cosas más de mujeres’–.

 

En sí, todo el universo Girlboss es un punto de entrada muy valioso para abordar todo lo relacionado con la mujer, sus ambiciones y su éxito profesional. Por eso, entran de cajón el libro Girlboss –de Sophia también–, su segundo libro Nasty Galaxy, el Girlboss Rally y, próximamente, la serie de Netflix Girlboss.

Otro imprescindible en esta lista es Career Girl Daily, un portal con todo lo que debes saber, aprender y aplicar cuando se trata de la mujer en el mundo laboral. No tiene desperdicio.

 

En definitiva, el mensaje que debemos nutrir es que estamos todos unidos y unidas en esto, que los unos no podemos existir sin los otros y por tanto no se trata de pelear, sino de aceptar. Por muy cursi que suene, tenemos que aprender a querernos y no temernos o intimidarnos por haber nacido con un órgano sexual u otro. Después de todo, cuando un hombre es condescendiente hacia una mujer, solo se minimiza a sí mismo. No hay que temer a las vaginas, sino respetarlas.

Es trabajo de todos y todas, pero más de quienes estamos subyugadas. Así que hagamos algo. Imaginaos qué sería del mundo si todas las mujeres tuvieran las mismas oportunidades que el resto de personas y estuvieran en primera línea y no en las buhardillas…

La novelista nigeriana Chiamamanda Ngozi Adichie lo expresa con una elocuencia envidiable. Este discurso debería ser nuestra guía en todo esto:

So, ladies ¿somos feministas, o qué?

P.S:

y…