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Si hay un periodo artístico muy comentado, discutido y admirado, ese es el Impresionismo. Nacido en plena Francia de finales del XIX, aparece como una reacción al arte académico, siendo así punto de partida del arte contemporáneo. De hecho, suele ser de los estilos favoritos de un público inmerso en la creatividad y la subjetividad. 

 

Los impresionistas decidieron dejar de lado los temas clásicos y coger el lienzo para llevarlo a sitios más naturales que un estudio de pintura, centrándose en la propia naturaleza y las tareas cotidianas, dando gran importancia a la luz, que sería recurso esencial para sus obras.

 

El Museo Thyssen-Bornemisza acoge hasta el 12 de mayo una muestra que comprende más de cien años de pintores impresionistas, o que experimentaron con el impresionismo, a través de distintas salas temáticas que reúnen escuelas artísticas y distintos estilos. Así, podremos ver tanto la continuidad como los cambios de la pintura al aire libre a través de los años.  Sin duda, una exposición de grandes obras maestras que merece la pena ver, al menos, una vez en la vida.

 

Qué: Impresionismo y aire libre. De Corot a Van Gogh.

Cuándo: del 5 de febrero al 12 de mayo.

Dónde: Museo Thyssen-Bornemisza.