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Ariana Díaz Celma

Marcos Olazábal, el propietario de la Cabaña Marconi, quería crear un espacio donde la gente se sintiese como en casa y que además recopilase los sabores de sus recuerdos y sus vivencias: las recetas suecas de su madre, sabores de Italia y de Francia e incluso algún plato de sus viajes por Alaska.

Cabaña Marconi es claramente un restaurante de comida internacional con un toque sueco que conquista -como mínimo al team de good2b-. Pero, sin duda, su must es su localización entre encinas y su decoración, que te traslada a una cabaña nórdica de lo más acogedora. Chimeneas, flores, sofás y estanterías llenas de los libros del propietario del restaurante, donde encontramos numerosas publicacioness de viajes, de montaña, de historia y revistas.

El salón del restaurante cuenta con techos y paredes acristaladas que permiten disfrutar del cielo azul durante el día y de las estrellas por la noche. Una perfecta decoración acompaña este original espacio con tonos azules, blancos y mucha madera. Si vas en invierno debes prestar atención a su chimenea acristalada de tres caras, que hará de tu velada una gozada.

En su carta destacamos la burrata tartufata, la tradicional tostada de gambas del mercado de Estocolmo aks ‘toast skagen’, las ricas ostras -un clásico que no falla-, los mejillones a la francesa con unas riquísimas patatas fritas o la ensalada de aguacate con cangrejos de río y vinagreta francesa. Para continuar, optamos por las albóndigas suecas son puré de patata, el sabroso roast beef con cebolla caramelizada, la milanesa tres quesos, el steak tartare o el salmón al vapor con salsa escandinava. No obstante, su plato estrella es la fondue de queso, muy recomendable. Para poner la guinda al pastel no te pierdas la crema de yogur con frambuesas o sus tejas caseras.

¿Te apetece una agradable velada en la Cabaña Marconi? A nosotros sí, repetiremos pronto sin lugar a dudas.

Detalles




  • Dirección: C/Camino del Cura, 233 Madrid