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Ariana Díaz Celma

Esta temporada aún no habíamos hablado de dónde ir a comer el helado del verano. Nos ha costado decidirnos, pero creemos que tenemos la respuesta: Frozen Habana. Hace unos meses que Marc Esparza volvió de Nueva York, donde llevaba una temporada larga, para abrir algo que echábamos en falta en la ciudad: granizados de mojito, piña colada y daiquiri para combatir el calor. El resultado es el Frozen Habana, un pequeño local escondido entre callejuelas, que esconden el secreto mejor guardado de la temporada y cuyo nombre revela el origen cubano de Marc.

Lo mejor del asunto es la localización: en plena Barceloneta, aunque lo suficientemente escondido para que aún sea un tesoro del barrio. El diminuto espacio mezcla la madera añeja y las paredes originales de ladrillo visto con maquinaria recién estrenada, entre las que se gesta en modo non stop la especialidad de la casa: los mojitos pasados por la batidora de hielo. Como hemos dicho, la oferta regada en ron se mezcla con la de helados, con sabores que van de clásicos como la vainilla a otros más exóticos, como la piña colada, el maracuyá o la naranja sanguina.

Un frozen mojito puede ser tuyo por 2,50 euros el tamaño pequeño o 4 euros el grande, mientras que los scoops de helado varían entre los 2 y los 5,30 euros.

Detalles

  • Dirección: C/Sant Miquel, 41, bis, baixos