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Bru Romero

No hay nada que pueda apetecer más en verano que perderse por las calles de Madrid, en busca de esos locales molones que nada tienen que envidiar a los estrellas Michelín que, como setas en temporada, han ido apareciendo. Restaurantes que aúnan en su interior diseño y gastronomía y que te hacen sentir tan en casa, tan cómodo que vuelves una y otra vez como beata a su misa diaria.

El Velázquez 17 es uno de sus sitios donde pueden darse cita desde el joven de barrio que baja a desayunar, al foodie que quiere hacer su particular ruta gastronómica, las amigas que empiezan la noche en un local ‘instagrameable’ o la familia pija

Las venezolanas Eliza Arcaya de Chumaceiro y Johanna von Müller-Klingspor vuelven a acertar en el centro de la diana con su segunda incursión en el mundillo gastronómico tras Murillo Café. Situado en lo más profundo del barrio de Salamanca, el rollo industrial se mezcla con aderezos franchutes y bien de color y vegetación, al más puro estilo Atocha Station, para celebrar un negocio que sin querer ser el mejor de su rango se ha descubierto como el niño mimado del barrio. Un lugar donde el postureo parece encontrar la razón y el servicio sonriente es el básico de la casa.

De carta variada y asequible para cualquier cartera, su cóctel de langostinos crujientes rebozados en polenta, hummus y tapenade, dip de berenjenas y yogurt, tequeños con membrillo, anchoas de Santoña sobre pan tostado y salmorejo, ensalada de lentejas con extra de pollo o su rico pez mantequilla en formato carpaccio con jengibre, soja y aguacate, seguramente sean sus especialidades a destacar. Ricos platos con que maridar con su entretenida oferta en coctelería, cervezas o vinos españoles y alguna que otra etiqueta internacional.

En definitiva, otro punto de encuentro más en tu exclusiva lista de direcciones para salivar del gusto y un planazo tanto de diario o de fin de semana para desconectar, coger energías y volver a la carga con una sonrisa perfecta para tu selfie de rigor.

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