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El Real Círculo Artístico de Barcelona comienza una suculenta y seguro que fructífera nueva etapa como El Cercle, un hotspot gastronómico e histórico. Su consecuente reforma (obra de Alfredo Arribas), mostrando los secretos de este singular edificio y exaltando sus virtudes arquitectónicas, unida a un proyecto gastronómico ecléctico, donde tienen cabida propuestas culinarias más vanguardistas en comunión con una cocina más tradicional, lo convierten en un enclave impresicindible en pleno centro neurálgico de la ciudad. Un oasis para amantes de la buena comida, la tranquilidad, el buen hacer y el arte, en medio de la concurrida y a veces fatídica calle Portal de L’Àngel.

Entrar en El Cercle es como entrar en un museo, pero con la virtud añadida de que allí no sólo disfrutarás de arte, sino también de una grata propuesta gastronómica

Entrar en El Cercle es como entrar en un museo, pero con la virtud añadida de que allí no sólo disfrutarás de arte, sino también de una grata propuesta gastronómica. Los ganadores de este proyecto, que salió a concurso público, idearon dentro de este especial lugar un multi-espacio gastronómico, donde todo el mundo se pudiese sentir cómodo, y sin mermar en absoluto la calidad y la exquisitez en los fogones. Hablamos de Julià Cribero y Ana Calpe -conocidos en el sector por su gestión de los restaurantes Oliana y La Clara-. Hábilmente visualizaron allí un espacio más multidisciplinar y abierto, que animase no sólo a turistas, sino también a los habitantes de la ciudad a entrar y descubrir un espacio que había quedado un poco en tierra de nadie. La sensación al conocerlo es de gratitud. Redescubrir los maravillosos edificios que rodean a El Cercle mientras disfrutas de un merecido y tranquilo piscolabis en su terraza, para luego dar paso a algunos de los salones gastronómicos que ofrecen, o al pequeño teatro donde de vez en cuando hay conciertos, pues es una verdadera maravilla.

Centrándonos en la parte gastronómica, en El Cercle os encontraréis con tres zonas claramente diferenciadas, que van desde la cocina tradicional, a una barra japonesa, pasando por una solicitada terraza donde tomar tapas y cócteles a cualquier hora del día. Esto es: La Biblioteca -una zona de sobremesa tranquila y apacible-, la sala de Las Cuatro Estaciones -con bodega cocina a la vista-, La Barra -para disfrutar de la cocina japonesa de manera informal- y El Jardín -solicitada terraza sobre Portal de L’Àngel que despierta pasiones, y permanece abierta todo el año-. Los amantes del buen sushi disfrutarán de lo lindo en La Barra, sus bandejas coloridas de sashimi, makis y sushi, con especial mención a las navajas, que son de lagrimón. Pero si lo tuyo es la cocina más tradicional, déjate sorprender por las revisiones de platos de toda la vida que te ofrecen, con productos de primera. Destacan también las curiosas y acertadas opciones de maridaje y, como en todo gran sitio que se precie, no podían fallar los postres.

En definitiva, un edificio que forma parte del patrimonio de esta ciudad, con una historia y vivencias internas espectaculares, que se renueva respetando su razón de ser, y además dando un buen ejemplo del buen entendimiento del tándem arte-gastronomía. Por  lo menos una vez en la vida tendrás que ir a verlo con tus propios ojos, y estarás tan a gusto que es muy probable que pruebes algo de comer, y entonces ya sucumbirás a su embrujo, y volverás con tus amigos, familia, y demás visitantes que lleguen a Barcelona, y a todo individuo que quieras sorprender.

Detalles




  • Dirección: Carrer dels Arcs, 5, 1ª Planta
  • Horario: Abre todos los días (consultar horarios de cocina en su web)
  • Teléfono: 93 624 48 10
  • Tipo: Restaurante
  • Web: www.elcerclerestaurant.com