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Ariana Díaz Celma

El ChichaLimoná es ya toda una institución de Passeig Sant Joan. Es un hecho que el número 80 de esta recién renovada avenida no solo se ha convertido en una de las propuestas más firmes del floreciente barrio, sino también en uno de nuestros hotspots favoritos de la zona, que funcionan casi casi a modo de segundo hogar. De aquellos que, en cuanto tomas mesa, te sirven el vino casi sin palabras -aunque siempre con una sonrisa- porque recuerdan qué tomaste en tu última visita. La fórmula, que básicamente se basa en hacer las cosas bien y con mimo y cariño, funciona tan bien que ahora han abierto un ‘spin off’ en la Villa Olímpica.

El nuevo ChichaLimoná Olimpic está situado en los bajos y el primer piso del nuevo Unite Hostel

Situado en los bajos y el primer piso del Unite Hostel, el ChichcaLimoná Olímpic pretende también dar vida a un barrio con mucho potencial, pero al que le falta una buena propuesta gastronómica, honesta y de calidad. El Unite es un hostel premium, que milita bajo premisas como la sostenibilidad o la vida saludable -se llevan a cabo hasta clases de yoga- y que comparte valores con la filosofía del restaurante. Con una estética similar al de su predecesor de Paseo San Juan, aunque con personalidad propia, sirve una carta idéntica para que, a partir de ahora, la Villa Olímpica también pueda degustar sus sabrosas recetas.

Su vermutería sirve el siempre apetitosa Chichamix -patatas chips bien gordas con mejillones y anchoas, rodajas de calamar, navajas, berberechos y ensaladilla rusa. Del huerto nos traen la ensalada con patata ratte, salmón ahumado, verduritas y crema de eneldo o la siempre bienvenida sopa de cebolla. Junto a tablas de quesos y jamón, cuenta también con otra sección algo más elaborada, con platos cocinados con mucho espíritu. ¿Ejemplos? Del campo nos traen su sabrosa croqueta de pollo, el canelón de pato y manzana con bechamel trufada, los tacos de costilla de cordero de cerdo ‘encacahuetada’ acompañados de fríjoles negros o su sabroso risotto de butifarra negra con foie. Del mar llegan platos como sus mejillones al sake con un toque de jengibre y hoja de lima kaffir; el pescadito frito con mayonesa cítrica; o el salmón en corteza de pistacho y eneldo, puré de coliflor asada y zanahoria glaseada. Los postres -aka grand finale- cuentan con auténticos guilty pleasures por los que valdrá la pena pecar como la tatin de manzana, crème fraiche y romero con helado de yogur o el conguito, un crema de chocolate, helado de cacahuete, brownie, crumble y crocante de quicos.

Su carta replica la fórmula de su hermano mayor, situado en el número 80 de Passeig Sant Joan

Por las mañanas, tal y como hace su hermano mayor, sirve desayunos y los fines de semana un brunch para saciar el apetito del más hambriento. Imprescindibles son Pumpernikei, huevos escaldados con aguacate, salmón, rúcula, salsa holandesa y eneldo sobre tostada de de pan de cebada y cereales. Si lo acompañas de sus pancakes con fruta y sirope o chocolate, os sus escandalosos pasteles caseros -especial mención al Red Velvet o el de Oreo-, tu fin de semana solo puede salir redondo.

*Fotos de Matias Quintana.

 

 

Detalles




  • Dirección: Av. d’Icària, 145
  • Horario: L-Mi 09:00-23:00 ı J-S 09:00–00:00 ı D 09:00-23:00
  • Teléfono: (+34) 93 016 26 26
  • Tipo: Restaurante
  • Web: https://www.chichalimona.com/