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Ariana Díaz Celma

No es necesario ser muy astuto para saber que Casa Bonay y sus secuaces son el nuevo hit de Paseo Sant Joan y alrededores. Y por secuaces nos referimos a los distintos espacios que el novísimo hotel ha abierto a la ciudad y el barrio. El más polivalente, pero quizás el menos obvio, es el Libertine, una especie de jungla urbana con baldosas del Eixample y muebles de madera noble, que apenas duerme y donde suceden cosas a casi cualquier hora del día. El lugar abre cada día a las 07:00 para servir los desayunos que Marcos de Satan’s Coffee Corner prepara con cariño incondicional en su sucursal del hotel y sigue todo el día con una carta que nos quiere hacer sentir como en Casa, Bonay para más señas. Los lujos Michelin y otras estridencias quedan al margen en este hotel que, no por ello, cuenta con una oferta gastronómica menos digna, puesto que el argentino Estanislao Carenzo -Sudestada, Chifa- es el responsable de la carta de todas las zonas.

El argentino Estanislao Carenzo se ha mudado a Barcelona para llevar la gastronomía de todos los espacios de Casa Bonay

La carta empieza con ‘Ocho cosas para compartir’, entre las que puedes encontrar escabeche de calabaza, edamame nikkei, quesos ‘buenos’ -ellos lo dicen y desde Good2b lo reafirmamos- sus particulares patatas bravas o el siempre infalible pan de leña, con tomate de colgar y aceite de oliva virgen. La segunda página del menú ofrece ocho clásicos revisitados y de diverso origen, como así muestran la sopa coreana individual, con caldo de mejillón de roca y alga wakame de Galicia; la ensalada griega con tomates, pepinos, cebolla roja, olivas y queso feta; los tortellini rellenos de calabaza asada, con mantequilla, hierbas y parmigiano; la hamburguesa, tal y como le gusta a la jefa; o el plato de cuchara del día. Los postres siguen la línea impuesta por una carta en la que manda la comfort food, y que van desde un HK mango pudding a un increíble vaso de chocolate, pasando por la piña fresca, todo un alivio para muchos viajantes. Comer, cenar o merendar en el Libertine te costará alrededor de 20-25€, además de un serio problema de adicción al lugar. En el Libertine se puede hacer de todo y de forma apetecible: montar tu oficina nómada, comer algo desenfadado y confortable, reunirte con tus amigos a media tarde o hacer una cena informal con sus respectivas copas.

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Si en este punto apetece un cóctel, o si se te ha antojado en algún punto desde que has entrado por la majestuosa puerta de este edificio, su barra sirve combinados a todas horas. Además, los fines de semana se pueden acompañar con un delicioso menú de Dj’s locales, que amenizan las veladas con una inmejorable selección musical y, si la cosa se anima, algún que otro baile. No en vano, el epílogo del Libertine dice que es una ‘Casa de comidas, bebidas y bailes’. Avisado quedas.

Photos © Cecilia Díaz Betz

Detalles




  • Dirección: Gran Via de les Corts Catalanes, 70, Barcelona
  • Horario: L-D 07:00 - 03:00h
  • Teléfono: (+34) 935 458 050
  • Tipo: Restaurante
  • Web: http://casabonay.com/