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Bru Romero

Bien entrados ya en el otoño y a las puertas de un invierno que se plantea más que interesante (gastronómicamente), festejamos la reciente apertura de uno de los restaurantes más esperados en la capital. La nueva apuesta del grupo Amicalia (gerentes del impecable Alabaster) y que al nombre de Ánima, nos trae los sabores más sabrosos y puros del Atlántico, tratados con el mimo de toda la vida.

¿Cansado de la vanguardia por la vanguardia? Con Iván Domínguez, la verdadera modernidad es seguir bebiendo de los clásicos

Una experiencia que no permite caer en la rutina y donde la creatividad de su chef Iván Domínguez hace posible que las propuestas sencillas de los platos tradicionales de Ánima, combinen a la perfección con la apuesta decidida que se hace por el producto más fresco, su esencia.

Un local cuyo buscado minimalismo exterior acompaña al virtuosismo sobre la mesa que huye de las raciones que se nos quedan en el diente o aquellas que provocan que tengamos que recenar de vuelta a casa y con las que Domínguez nos seduce de primero a postre. Y si no, que se lo digan a su salpicón de bogavante azul, guiso de lentejas y foiegras, empanada de maíz rellena, merluza de Celeiro a la gallega, gallopedro con guiso de fabas y verduras, jarrete de ternera gallega estofado y parmentier trufada o unas manitas de cerdo rellenas de foie y boletus que aún dejan hueco a una deliciosa tarta de chocolate con frutos rojos, una milhoja de crema de castaña y un flan de huevo que muy parecido al de tu abuela.

Un lugar donde dirigirnos si queremos salir siempre satisfechos, donde disfrutar, principalmente, de impresionantes caldos gallegos elegidos por Antonio Sayago y Santiago Martín y con el que volvemos a descubrir los encantos de la cocina de casa, la cocina de siempre que habíamos olvidado con tanta repetitiva experimentación culinaria. ¡Gracias, señor chef!

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