By
Raquel Bueno

Dicen que la lectura amplía nuestra perspectiva del mundo, de la vida. Que nos permite viajar a través de la historia y del tiempo, retroceder en el pasado ajeno y viajar a futuros inciertos, en ocasiones apocalípticos y en otras rebosantes de esperanza y de fantasía. Leer planta en nuestras mentes nuevas semillas de pensamiento, aumenta nuestros horizontes y amplía nuestras conciencias. De hecho, la lectura puede llevarnos a conocer otros mundos; aunque yo personalmente prefiero los interiores. Y es que la lectura, en el fondo, debe hacernos sentir: incómodos, comprendidos, asqueados, devastados, ilusionados, excitados, ridículos, absurdos incluso… humanos, al fin y al cabo. Leer cultiva nuestro mundo interior y nos ayuda a comprender un poco mejor aquello que nos mueve por dentro y nos ayuda a vivir por fuera. Aquí, tres nuevas lecturas para devorar página tras página estas Navidades y hacerlas precisamente eso, un poco más humanas (y menos consumistas).

Find Me, de André Aciman

Leer cultiva nuestro mundo interior y nos ayuda a comprender un poco mejor aquello que nos mueve por dentro y nos ayuda a vivir por fuera

Ya os hablábamos en octubre de este nuevo libro de André Aciman, que prometía convertirse en un nuevo récord de ventas para su autor y salió publicado hace apenas unas semanas, el pasado 29 de octubre. Si Call Me By Your Name nos rompió el corazón, esta segunda parte del romance entre Elio Perlman y Oliver nos unirá los pedazos. Delicada y sugerente, la secuela de Aciman nos despista a cada página haciéndonos creer que el amor, al final, no tiene la forma que nos pensábamos. Sin embargo, el amor transpira y triunfa en cada una de sus palabras, llevándonos tras muchos pasos y derroteros en falso –todos, según parece, obra del Destino– hasta un final apoteósico donde el amor de verdad, en su forma más pura y elocuente, es el único que queda en pie. Sencilla pero estratégica, Find Me se deshace en la boca como un frugal amor de verano que es, al final, el amor de toda una vida. Por sí misma puede que carezca de fuerza, sin embargo, junto a su primera parte se convierte en una lectura casi perfecta. Para mí, inolvidable.

© Luci Gutiérrez

Manual de Autodefensa, de Luci Gutiérrez

“Sé cosas importantes, cosas que cambiarían la vida de las personas. Están todas en mi cabeza. Si las contara, habría un cambio de paradigma, un antes y un después en nuestras vidas. Se acabaría el sufrimiento y se impondría un nuevo orden mundial basado en la paz interior. Pero ahora no recuerdo cuáles eran”. Así se posiciona Luci Gutiérrez, una de las ilustradoras más reconocidas a nivel internacional en la actualidad y colaboradora regular del New Yorker, en el manifiesto de su nuevo libro Manual de Autodefensa. Se trata de su obra más personal: desde sus miedos íntimos, y con una mirada cínica, refinada, delirantemente divertida y llena de humor negro, señala todas las mezquindades de este mundo horrible. Y es que a veces, la vida es simplemente más fácil y un poco más llevadera cuando aprendemos a reírnos de nosotros mismos. Un regalo perfecto para los fieles amantes del sarcasmo y aquellos familiares o amigos que deberían empezar a tomarse la vida un poco menos en serio.

Poesía de Mierda, de @titilamel (Ernest Costafreda)

el tiempo

no vuela.

todo lo que vuela

puede volver.

Este poema, que lleva por nombre –claramente acertado– Mentira, es una de las joyitas que se esconden dentro del primer poemario de @titilamel, alias de Ernest Costafreda, Poesía de Mierda. Se trata de un proyecto creativo multidisciplinar que utiliza la poesía para reivindicar el poder del amor por encima del miedo; “pase lo que pase, Poesía de Mierda será siempre un último abrazo que duele como una patada en la espinilla.” El manifiesto de Costafreda es, sin duda, igual de atrevido que su obra per se: “lo siento”, postula su autor, “pero no puedo hacer nada para convencerte de que compres este libro”. Desde aquí lo desmentimos y te animamos a no hacerle ni caso: compratelo –o regálalo, que para eso están las Navidades– y deja que cada una de sus poesías te desgarre por dentro. Y es que, aunque todavía esté un poco verde, el lirismo y la sensibilidad de este joven autor que afirma ser solo un niño que ha sobrevivido a la edad adulta apuntan maneras.